Compliance penal internacional: riesgos y obligaciones

Compliance penal internacional riesgos y obligaciones

El compliance penal internacional se ha convertido en una necesidad real para las empresas españolas que operan fuera del país. La globalización ha multiplicado los riesgos legales, y las autoridades de distintos Estados actúan con creciente coordinación. Las compañías que no adaptan sus programas de cumplimiento a los estándares internacionales se exponen a sanciones severas, daños reputacionales y pérdida de oportunidades comerciales.

En este contexto, disponer de un sistema de compliance penal internacional sólido no es solo una medida preventiva, sino una herramienta estratégica. Permite anticipar riesgos legales, proteger la estructura corporativa y acreditar ante terceros la diligencia debida que exige el Derecho comparado.

Qué significa el compliance penal internacional

El compliance penal internacional reúne el conjunto de políticas, controles y protocolos que buscan prevenir la comisión de delitos en entornos multinacionales. Abarca tanto la matriz española como sus filiales o socios extranjeros. Su finalidad es asegurar que las operaciones respetan las leyes penales de cada jurisdicción donde la empresa actúa.

A diferencia del compliance nacional, este enfoque requiere una visión transfronteriza. Cada país impone normas distintas sobre corrupción, blanqueo de capitales o competencia desleal, por lo que la empresa debe armonizar sus políticas internas para cumplirlas todas. Además, los convenios internacionales, como la Convención de la OCDE contra el Soborno, establecen obligaciones directas para las sociedades españolas con actividad exterior.

El diseño de un programa de compliance penal internacional exige analizar riesgos concretos en materia de contratación pública, intermediarios locales o movimientos financieros. También es fundamental adaptar los protocolos internos a la legislación penal del país receptor, ya que algunas jurisdicciones imponen sanciones automáticas a las empresas extranjeras.

Riesgos penales más frecuentes en el ámbito internacional

Los riesgos del compliance penal internacional no se limitan a los delitos cometidos directamente por la empresa. También incluyen aquellos derivados de la actuación de filiales, distribuidores o agentes comerciales. Estos terceros, aunque operen en otro país, pueden comprometer la responsabilidad de la matriz española.

Entre los delitos con mayor impacto en el ámbito internacional destacan los siguientes:

Delito internacionalRiesgo asociadoSanción posible
Corrupción y soborno transnacionalPagos ilícitos a funcionarios extranjerosMultas millonarias y pérdida de contratos
Blanqueo de capitalesMovimientos financieros opacos o sin trazabilidadSanciones penales y congelación de activos
Delitos medioambientalesIncumplimiento de normativa ecológica localSuspensión de actividades y cierre temporal
Competencia deslealPrácticas abusivas o colusoriasProhibición de operar en el país afectado

Las empresas deben vigilar especialmente la figura del intermediario o representante local. En muchos casos, los sobornos o pagos indebidos se canalizan a través de ellos, lo que genera responsabilidad indirecta para la matriz. La falta de control o la omisión de auditorías internas puede interpretarse como negligencia grave.

Además, los organismos internacionales comparten información de manera constante. Una investigación abierta en un país puede activar procedimientos paralelos en otros, afectando a la reputación global del grupo empresarial. Por eso, los programas de cumplimiento deben coordinarse entre todas las filiales y adaptarse a las normas de cooperación judicial.

Obligaciones legales y estándares internacionales

La legislación española exige que las empresas adopten medidas eficaces para prevenir delitos. El artículo 31 bis del Código Penal establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas y la posibilidad de eximirla mediante programas de cumplimiento adecuados. Sin embargo, cuando la actividad se desarrolla en el extranjero, estas medidas deben ampliarse.

El compliance penal internacional se apoya en estándares reconocidos, como la UNE 19601, la ISO 37001 sobre sistemas antisoborno y la ISO 37301 sobre gestión de cumplimiento. Estas normas ofrecen un marco metodológico común, útil para demostrar la diligencia debida en cualquier país.

Las empresas que participan en licitaciones públicas internacionales o que mantienen relaciones con organismos multilaterales están especialmente obligadas a acreditar políticas de cumplimiento activas. De hecho, muchas instituciones internacionales exigen certificados de integridad antes de permitir la adjudicación de contratos o subvenciones.

Norma internacionalEnfoque principalAplicación práctica
ISO 37001Prevención del sobornoRequerida en licitaciones y contratos públicos
UNE 19601Compliance penal españolBase jurídica para la exoneración de responsabilidad
ISO 37301Gestión global del cumplimientoIntegración del compliance en estructuras multinacionales

Cumplir con estas normas no es obligatorio por ley, pero su adopción marca la diferencia entre una empresa preparada y otra expuesta. Los tribunales valoran de forma positiva la existencia de programas certificados al evaluar la diligencia corporativa.

Cómo implantar un sistema eficaz

El primer paso para implantar un sistema de compliance penal internacional consiste en realizar un mapa de riesgos global. Este documento identifica las jurisdicciones más sensibles y los delitos con mayor probabilidad de comisión. A partir de ese diagnóstico, se diseñan controles específicos adaptados a cada país.

Posteriormente, la empresa debe designar un compliance officer internacional o un comité de cumplimiento global. Su función es coordinar las políticas entre las distintas sedes, revisar los procedimientos de contratación y establecer canales de denuncia transnacionales. Estos mecanismos permiten detectar irregularidades antes de que se conviertan en delitos.

También resulta esencial ofrecer formación continua a todos los empleados, sin importar su ubicación. La cultura de cumplimiento debe ser uniforme en toda la organización. Un error común consiste en aplicar políticas estrictas en España pero laxas en las filiales, lo que anula la eficacia del sistema.

Por último, el programa debe incluir auditorías periódicas y un sistema de mejora continua. Los riesgos internacionales evolucionan con rapidez, y un plan estático deja de ser útil en poco tiempo. Adaptar las políticas al contexto geopolítico y normativo de cada país es una tarea constante.

Compliance penal internacional

Preguntas frecuentes sobre compliance penal internacional

¿Por qué el compliance penal internacional es esencial para las empresas con presencia en varios países?

El compliance penal internacional se ha vuelto imprescindible porque las operaciones transfronterizas implican cumplir normativas de distintos sistemas jurídicos. Cada país tiene sus propios delitos empresariales, procedimientos y sanciones. Una acción legalmente válida en España puede considerarse delictiva en otra jurisdicción.

Además, la cooperación entre autoridades judiciales de diferentes Estados ha aumentado. Hoy, una investigación por blanqueo o corrupción en un país puede desencadenar sanciones en otro, afectando la reputación global de la empresa. Por ello, las compañías españolas con filiales o socios extranjeros deben diseñar sistemas de cumplimiento homogéneos, pero adaptados a los riesgos locales.

Un programa de compliance penal internacional bien estructurado permite anticipar conflictos normativos, acreditar diligencia ante cualquier autoridad y mantener el control sobre la conducta corporativa, incluso a miles de kilómetros de la sede central.

¿Qué diferencias existen entre el compliance penal nacional y el compliance penal internacional?

El compliance penal nacional se centra en el cumplimiento de las leyes españolas y en la prevención de delitos tipificados en el Código Penal. Su ámbito es interno y responde a los riesgos propios del entorno jurídico español.

En cambio, el compliance penal internacional amplía esa mirada. Abarca la adaptación de las políticas corporativas a múltiples legislaciones extranjeras y a normas supranacionales. También incluye la gestión de riesgos derivados de operaciones en mercados con altos índices de corrupción o baja transparencia institucional.

Esta diferencia no es solo formal. Mientras el cumplimiento nacional se apoya principalmente en el artículo 31 bis del Código Penal, el internacional requiere atender tratados como la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción o las directrices de la OCDE. El desafío está en armonizar ambos niveles de cumplimiento sin duplicar esfuerzos ni perder coherencia operativa.

¿Qué errores cometen las empresas al aplicar un programa de compliance penal internacional?

Muchas empresas caen en el error de copiar su modelo nacional y extenderlo de forma automática al extranjero. Este enfoque ignora las diferencias culturales, jurídicas y de supervisión que existen entre países. Lo que en España puede ser una medida suficiente, en otras jurisdicciones resulta insuficiente o incluso ineficaz.

Otro fallo frecuente consiste en centralizar el control en la sede principal, sin dar autonomía a las filiales. En materia de compliance penal internacional, la descentralización controlada es clave. Cada país debe contar con responsables locales que comprendan el contexto normativo y reporten directamente al órgano de cumplimiento global.

También se suele subestimar la importancia del seguimiento constante. Un plan de cumplimiento no puede considerarse cerrado. Los cambios legislativos internacionales son continuos y afectan a las obligaciones corporativas. No actualizar el sistema a tiempo puede equivaler a no tenerlo.

¿Qué papel tienen los terceros y socios comerciales dentro del compliance penal internacional?

Los terceros —proveedores, distribuidores, agentes o intermediarios— representan uno de los mayores focos de riesgo en el compliance penal internacional. Una conducta ilícita cometida por ellos, aunque sea sin participación directa de la empresa, puede generar responsabilidad para la matriz o la filial.

Por esta razón, las empresas deben establecer procedimientos de due diligence antes de firmar contratos con cualquier colaborador extranjero. Estos controles sirven para evaluar su solvencia ética, antecedentes legales y reputación en el mercado. También resulta útil incluir cláusulas de cumplimiento en los contratos, que obliguen a respetar las políticas anticorrupción y de integridad del grupo.

El control de terceros no se limita al inicio de la relación. Es necesario mantener auditorías periódicas, canales de denuncia y mecanismos de resolución rápida de incidencias. Un socio incumplidor no solo puede acarrear sanciones penales, sino también daños reputacionales difíciles de revertir.

¿Qué ley u organismo regula el compliance penal internacional en España?

En España, el compliance penal internacional se enmarca principalmente en el artículo 31 bis del Código Penal, que establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Este precepto fija las bases para implantar programas de prevención de delitos, tanto en territorio nacional como en operaciones internacionales.

Junto a esta norma, intervienen organismos y marcos internacionales que complementan el cumplimiento. Entre ellos destacan la OCDE, la Unión Europea y las Naciones Unidas, que dictan tratados y recomendaciones de obligado cumplimiento para los Estados miembros. Estas disposiciones influyen directamente en la forma en que las empresas españolas deben estructurar sus programas de cumplimiento global.

Además, España cuenta con estándares técnicos de referencia, como la UNE 19601 y la ISO 37001, que, aunque no son leyes, sirven como guía práctica para demostrar la eficacia de los sistemas de compliance penal. Su observancia refuerza la posición de la empresa ante posibles investigaciones o auditorías internacionales.

Importancia estratégica del compliance penal internacional

Adoptar un sistema de compliance penal internacional no solo protege frente a sanciones. También refuerza la confianza de inversores, clientes y autoridades regulatorias. En un entorno donde la transparencia se valora tanto como la rentabilidad, la integridad corporativa se convierte en un activo de enorme valor.

Las empresas que integran el cumplimiento en su estrategia global logran operar con mayor estabilidad. Los mercados internacionales premian la previsibilidad y la ética, especialmente en sectores sensibles como energía, infraestructuras o finanzas. Una política de cumplimiento sólida abre puertas y consolida relaciones comerciales duraderas.

Si tu empresa tiene presencia en el extranjero, no esperes a sufrir una investigación o una sanción para actuar. Contar con el asesoramiento de un abogado penalista en Girona especializado en compliance penal internacional te permitirá diseñar un sistema adaptado a tus riesgos reales, garantizar la seguridad jurídica y proteger el futuro de tu organización.

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